jueves, 31 de marzo de 2016

2 requisitos para el Bautismo (por Reinhard Bonnke)


". . . Muchos creyentes luchan con este problema: sienten que no son demasiado buenos, que no son dignos de recibir este precioso Espíritu Santo; o más bien, permítanme decir, no se sienten 'lo suficientemente santos'. Tienen muchísimos errores. Sí, están lavados por la sangre de Jesús, pero sienten que no son dignos.  
Quiero decirles esto, y oro por que nunca lo olviden: nuestras debilidades no repelen al Espíritu Santo. De hecho, nuestras debilidades le atraen. Porque la Biblia dice que Él le da poder a los débiles, y los aquellos que no tienen fuerza, Él les da fortaleza. El bautismo, el fuego del Espíritu Santo, no es sobrealimentación para los super-santos. Es para aquellos que necesitan poder para encender el megáfono. No se necesita poder como una recompensa después de encenderlo. ¡Lo necesitas desde el principio para poder encenderlo! ¡Lo recibirás! ¡Y te volverás fuerte por Su gracia! No es una recompensa; es una habilitación para encender el megáfono para Dios. . .  
Hay 2 condiciones para recibir esa flama. En primer lugar, debes saber que tus pecados han sido lavados POR LA SANGRE de Jesús... una oportunidad para que la gente reciba ese lavamiento por la sangre de JESÚS. Y la sangre de Jesús te hace digno(a); te da derecho a recibir el Espíritu Santo. Tan simple como eso. . . Tienes que ser lavado de todos tus sentimientos, hasta que puedas reconocer como su hijo(a). ¡Alabado sea Dios! 
Y la condición número 2 es FE, porque sin fe no puedes recibir nada de las cosas de Dios: así es imposible agradarle. . . No tienes que estar suplicando y decir, "Ohh, Dios, por favor, por favor, permítanme tener el fuego del Espíritu Santo...". Este no es un encuentro donde se súplica; ¡es un encuentro donde se recibe! Jesús ha hecho que el camino sea nivelado. Él ha preparado tu corazón. Él te ha creado. . . ¡Gloria a Dios en lo alto! Uno no viene y le suplica como mendigo a Jesús que por favor me bautice en el Espíritu Santo. Eso sería incredulidad; de hecho no sería fe. 
Si yo vengo a ti y te prometo que te voy a dar mil dólares, tú no vienes y me dices, 'ohh, por favor, te ruego que me des los mil dólares, te suplico que me des los mil dólares'. Me sentiría y te preguntaría: ¿acaso te dio fiebre? ¡Te lo prometí! ¡Te lo quiero dar! ¡Aquí están tus mil dólares! ¡Jesús nos ha prometido que nos daría Su Espíritu Santo! No necesitas tratar de persuadirlo, ÉL ESTÁ AQUÍ para dártelo a ti, ¡de forma gratuita! y ponerte una flama. ¡Vas a empaparte de fuego y salir con fuego, y en aquello que no pudiste lograr; en aquello que no tuviste victoria el día de hoy, tendrás victoria ahora! ¡Así será! ¡Aleluyah! Es fe y es la sangre de Jesús. . . "
~ Reinhard Bonnke

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