miércoles, 30 de septiembre de 2015

El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento

 El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento está lleno de extensas y frecuentes referencias sobre la presencia del Espíritu Santo en diversas personas que, por someterse y humillarse ante YHWH, forjaron una relación servicial y especial con Dios, quien les llegaba a hablar en el Espíritu o audiblemente, quien les concedió diversos dones del Espíritu, entre ellos, el de hacer hazañas y/o milagros maravillosos, pero sobre todo, el de la profecía, dado que el Espíritu Santo da las profecías. 

Desde Génesis 1:2, leemos:
"La tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas(Génesis 1:2), 

Más tarde, justo antes del diluvio universal, cuando la Tierra estaba corrompida de maldad y violencia, leemos que el Espíritu Santo rivalizaba con el pecado y la carnalidad humana:
"los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que les gustaban. Entonces el SEÑOR dijo: 'No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne'...." (Génesis 6:2-3).
Al pensar sobre los personajes que recibieron revelación y mensaje del Espíritu de Dios uno no puede pasar por alto las palabras del Espíritu que escuchó Noé y Abraham, los sueños y visiones que recibió Jacob, o los sueños y la interpretación de sueños que le fue concedida a José. Todas estas cosas relacionadas con el trabajo del Espíritu Santo en la vida de estos hombres.

En el Libro de Éxodo, leemos, que, cuando Dios le dio a Moisés instrucciones precisas para la construcción del Tabernáculo, Dios eligió a un hombre especial para construir: un hombre que estaba lleno del Espíritu Santo y por medio de Él había recibido talentos específicos, destrezas e inteligencia: 
"Mira, he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá. Y lo he llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en conocimiento y en toda clase de arte, para elaborar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce" (Éxodo 31:3-4; 35:31).
Otro de los ejemplos más inmediatos es el de Moisés, quien como líder del pueblo Israelita, fue lleno del Espíritu Santo y por mando y obra de Dios, profetizó ante el faraón sobre lo que caería en Egipto y realizó grandes milagros que serían recordados por todas las generaciones venideras.




La Biblia dice que, aunque era tartamudo, Moisés era el hombre más humilde de la Tierra ( Núm. 12:3), y que Dios le había escogido para estar en Su presencia en el Tabernáculo del Pacto, el cual, tenía un Lugar Santísimo al cual sólo Moisés podía entrar para interceder por el pueblo.

Esto no quiere decir que el Espíritu Santo no haya obrado en la vida de los hombres de Israel. Si bien es cierto que el populacho israelita tendía una y otra vez a cometer el pecado de quejarse contra Dios, a ser desagradecido, a envidiar o codiciar lo que tenían sus semejantes, y a volverse a la idolatría, el Libro de Números, en el capítulo 11, también registra que en aquella ocasión, después de que el pueblo se quejara de comer "tanto maná" y tan poca carne, 
"el SEÑOR dijo a Moisés: 'Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo. Entonces descenderé y hablaré contigo allí, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, y llevarán contigo la carga del pueblo para que no la lleves tú solo'." (Núm. 11:16-17). 
El Señor le concedió al pueblo su petición, y se hastiaron de comer carne después de que Dios envió las codornices del cielo. Pero Dios también quería que hubiesen hombres llenos del Espíritu Santo que guiaran al pueblo, por lo cual, cuando Moisés reunió a los setenta ancianos (que formarían el Sanedrín de la época), la Biblia dice que ocurrió lo siguiente:
"Y el SEÑOR dijo a Moisés: '¿Está limitado el poder del SEÑOR? Ahora verás si mi palabra se te cumple o no'Salió Moisés y dijo al pueblo las palabras del SEÑOR. Reunió después a setenta hombres de los ancianos del pueblo y los colocó alrededor de la tienda. Entonces el SEÑOR descendió en la nube y le habló; y tomó del Espíritu que estaba sobre él y lo colocó sobre los setenta ancianos. Y sucedió que cuando el Espíritu reposó sobre ellos, ellos profetizaron; pero no volvieron a hacerlo más. 
Mas dos hombres se habían quedado en el campamento; uno se llamaba Eldad, y el otro se llamaba Medad. Y el Espíritu reposó sobre ellos (ellos estaban entre los que se habían inscrito, pero no habían salido a la tienda), y profetizaron en el campamento. Y un joven corrió y avisó a Moisés, diciendo: 'Eldad y Medad están profetizando en el campamento'. Entonces respondió Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud, y le dijo: 'Moisés, señor mío, detenlos'. Pero Moisés le dijo: '¿Tienes celos por causa mía?' ¡Ojalá que todo el pueblo del SEÑOR fuera profeta, que el SEÑOR pusiera su Espíritu sobre ellos!' Después Moisés volvió al campamento, y con él los ancianos de Israel. Y salió de parte del SEÑOR un viento que trajo codornices desde el mar y las dejó caer junto al campamento...(Núm. 11:23-31).
Moisés, como todo un hombre de Dios, dejó claro su deseo de que todo el pueblo (hombres y mujeres, niños y jóvenes, adultos y ancianos, de toda tribu y clan del Señor) estuviera lleno del Espíritu de Dios. Pero el problema era que estas personas, aunque eran escogidas, no buscaban a Dios con todo el corazón y con toda la voluntad, y por eso muchos terminaron en un desierto derrotados y sin ver la Tierra prometida. 

Sin embargo, el Espíritu de Dios envió instrucción a los Israelitas; como está escrito:
"Rehusaron escuchar, y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero tú eres un Dios de perdón, clemente y compasivo, lento para la ira y abundante en misericordia, y no los abandonaste. Ni siquiera cuando se hicieron un becerro de metal fundido y dijeron: 'Este es tu Dios que te sacó de Egipto', y cometieron grandes blasfemias. Tú, en tu gran compasión, no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no los dejó de día, para guiarlos en el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde debían andar. Y diste tu buen Espíritu para instruirlesno retiraste tu maná de su boca, y les diste agua para su sed. Por cuarenta años proveíste para ellos en el desierto y nada les faltó, sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies. También les diste reinos y pueblos, y se los repartiste con sus límites. Y tomaron posesión de la tierra de Sehón, rey de Hesbón, y la tierra de Og, rey de Basán. Y multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra que habías dicho a sus padres que entraran a poseerla. Y entraron los hijos y poseyeron la tierra. Y tú sometiste delante de ellos a los habitantes de la tierra, a los cananeos, y los entregaste en su mano, con sus reyes y los pueblos de la tierra, para hacer con ellos como quisieran. Y capturaron ciudades fortificadas y una tierra fértil. Tomaron posesión de casas llenas de toda cosa buena, cisternas excavadas, viñas y olivares, y árboles frutales en abundancia. Y comieron, se saciaron, engordaron y se deleitaron en tu gran bondad. Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti, echaron tu ley a sus espaldas, mataron a tus profetas que los amonestaban para que se volvieran a ti, y cometieron grandes blasfemias... Los amonestaste para que volvieran a tu ley, pero ellos obraron con soberbia y no escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus ordenanzas, las cuales si el hombre las cumple, por ellas vivirá. Y dieron la espalda en rebeldía, endurecieron su cerviz y no escucharon. Sin embargo, tú los soportaste por muchos años, y los amonestaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no prestaron oído. Entonces los entregaste en mano de los pueblos de estas tierras. Pero en tu gran compasión no los exterminaste ni los abandonaste, porque tú eres un Dios clemente y compasivo" (Nehemías 9:18-26; 31).
Otro hombre que recibía palabra del Espíritu de Dios era el profeta Balaam, quien, a pesar de no ser israelita, sino pagano, y a pesar de no tener un perfecto comportamiento, en vez de maldecir a Israel, como se lo había pedido el rey, decidió bendecirlo y profetizó a favor de él, cuando el Espíritu Santo le movió a hacerlo, pues:
"Cuando Balaam vio que agradaba al SEÑOR bendecir a Israel, no fue como otras veces a buscar agüeros, sino que puso su rostro hacia el desierto. Y levantó Balaam sus ojos y vio a Israel acampado por tribus; y vino sobre él el Espíritu de Dios. Y comenzando su profecía, dijo:  
'Oráculo de Balaam, hijo de Beor, y oráculo del hombre de ojos abiertos; oráculo del que escucha las palabras de Dios, del que ve la visión del Todopoderosocaído, pero con los ojos descubiertos. ¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel! Como valles que se extienden, como jardines junto al río, como áloes plantados por el SEÑOR, como cedros junto a las aguas. Agua correrá de sus baldes, y su simiente estará junto a muchas aguas; más grande que Agag será su rey, y su reino será exaltado. Dios lo saca de Egipto; es para él como los cuernos del búfalo. Devorará a las naciones que son sus adversarios, y desmenuzará sus huesos, y los traspasará con sus saetas. Se agazapa, se echa como león, o como leona ¿quién se atreverá a despertarlo? Benditos los que te bendigan, y malditos los que te maldigan." (Números 24:1-5).
A pesar de que, a causa de esta profecía dada por el Espíritu de Dios, se encendió la ira de Balac contra Balaam, "Balaam dijo a Balac: '¿No les hablé yo también a los mensajeros que me enviaste, diciendo: 'Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, no podría yo traspasar el mandamiento del SEÑOR para hacer lo bueno o lo malo de mi propia iniciativa? Lo que hable el SEÑOR, eso hablaré" (Núm 24:12-13).

Después de que a Moisés se le dijera que no entraría a la Tierra prometida, Dios le mandó a poner a Josué como su sucesor para liderar Israel:
"el SEÑOR dijo a Moisés: 'Toma a Josué, hijo de Nun, hombre en quien está el Espíritu, y pon tu mano sobre él; y haz que se ponga delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación, e impártele autoridad a la vista de ellos" (Núm. 21:18-19).
Josué era alguien "en quien estaba el Espíritu" y por esto era el hombre que Dios quería para ser líder de Israel. Por su oración de fe, milagros sorprendentes ocurrieron: el sol detuvo su trayectoria, las aguas de un gran río fueron detenidas, y batallas fueron ganadas. 


En épocas posteriores, los israelitas cayeron a causa de sus propios pecados, pero cuando levantaban hombres con devoción por Dios, que mostraban su arrepentimiento y buscaban a Dios en oración, el Espíritu de Dios venía sobre hombres fieles que liberarían a Israel de la servidumbre o las batallas:
"...Y los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del SEÑOR, y olvidaron al SEÑOR su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó en manos de Cusán-risataim, rey de Mesopotamia; y los hijos de Israel sirvieron a Cusán-risataim por ocho años. 
Cuando los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, el SEÑOR levantó un libertador a los hijos de Israel para que los librara, a Otoniel, hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán-risataim. Y la tierra tuvo descanso por cuarenta años..." (Jueces 3:7-11). 
"---Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Gedeón, y éste tocó la trompeta y los abiezeritas se juntaron para seguirle..." (Jueces 6:34). (Y fue por un sueño y su interpretación que Gedeón supo con certeza que Dios había entregado a los enemigos en sus manos (Jueces 7:15)
"...Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté, y pasó por Galaad y Manasés; luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde estaban los hijos de Amón. Y Jefté hizo un voto al SEÑOR, y dijo: 'Si en verdad entregas en mis manos a los hijos de Amón, sucederá que cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los hijos de Amón, será del SEÑOR, o lo ofreceré como holocausto'. Jefté cruzó adonde estaban los hijos de Amón para pelear contra ellos; y el SEÑOR los entregó en su mano. Y los hirió con una gran matanza desde Aroer hasta la entrada de Minit, veinte ciudades, hasta Abel-keramim. Y los hijos de Amón fueron sometidos delante de los hijos de Israel...(Jueces 11:29-33).  
"...Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y el SEÑOR lo bendijo. Y el Espíritu del SEÑOR comenzó a manifestarse en él en Mahané-dan, entre Zora y Estaol..." (Jueces 13:24-25).  
"...Y Sansón descendió a Timnat con su padre y con su madre, y llegó hasta los viñedos de Timnat; y he aquí, un león joven venía rugiendo hacia él. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano; pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho..." (Jueces 14:5-6). 
"...Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña. Al llegar él a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron de sus manos. Y halló una quijada de asno fresca aún, y extendiendo su mano, la tomó y mató a mil hombres con ella..." (Jueces 15:13-15).  
"Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: '¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad?..... llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando. Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con gran poder, profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre. 
Cuando estas señales te hayan sucedido, haz lo que la situación requiera, porque Dios está contigo.... Y sucedió que cuando él volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el corazón, y todas aquellas señales le acontecieron en aquel día. Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos. Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: '¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?' Y un hombre de allí respondió, y dijo: '¿Y quién es el padre de ellos?' Por lo cual esto se hizo proverbio: '¿Está Saúl también entre los profetas?' Cuando acabó de profetizar vino al lugar alto...." (1 Samuel 10:1-14) 
"Y subió Nahas amonita y sitió a Jabes de Galaad, y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Haz un pacto con nosotros y te serviremos. Pero Nahas amonita les dijo: 'Lo haré con esta condición: que a todos vosotros os saque yo el ojo derecho; así haré que esto sea una afrenta sobre todo Israel'.... y todo el pueblo alzó la voz y lloró. Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: '¿Qué pasa con el pueblo que está llorando?' Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes. Y el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl al escuchar estas palabras, y Saúl se enojó grandemente. Y tomando una yunta de bueyes, los cortó en pedazos y los mandó por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará a los bueyes del que no salga en pos de Saúl y en pos de Samuel. Entonces el terror del SEÑOR cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre" (1 Samuel 11:1-7).  
"Y el SEÑOR dijo: Levántate, úngele; porque éste es.  Entonces Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos; y el Espíritu del SEÑOR vino poderosamente sobre David desde aquel día en adelante. Luego Samuel se levantó y se fue a Ramá. El Espíritu del SEÑOR se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte del SEÑOR le atormentaba" (1 Samuel 16:12-14).   
"Saúl envió mensajeros a la casa de David para vigilarle a fin de matarlo por la mañana; pero Mical, mujer de David, le avisó, diciendo: Si no pones a salvo tu vida esta noche, mañana te darán muerte.... Huyó, pues, David y escapó, y fue a donde estaba Samuel en Ramá, y le contó todo lo que Saúl le había hecho. Y él y Samuel fueron y se quedaron en Naiot. Y se le informó a Saúl diciendo: He aquí, David está en Naiot, en Ramá. Saúl envió mensajeros para llevarse a David, pero cuando vieron al grupo de los profetas profetizando, y a Samuel de pie presidiéndolos, el Espíritu de Dios vino sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron. Cuando se lo dijeron a Saúl, envió otros mensajeros, y también ellos profetizaron. Y por tercera vez Saúl envió mensajeros, y ellos también profetizaron. Entonces él mismo fue a Ramá, y llegó hasta el pozo grande que está en Secú; y preguntó, diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y alguien dijo: He aquí, están en Naiot en Ramá. Y él prosiguió hasta Naiot en Ramá; y vino también el Espíritu de Dios sobre él, e iba profetizando continuamente hasta llegar a Naiot en Ramá. Se quitó además la ropa, también profetizó delante de Samuel, y estuvo echado desnudo todo aquel día y toda la noche. Por lo que suele decirse: ¿También está Saúl entre los profetas?" (1 Samuel 19:11-24)  
"Estas son las últimas palabras de David. Declara David, el hijo de Isaí, y declara el hombre que fue exaltado, el ungido del Dios de Jacob, el dulce salmista de Israel: El Espíritu del SEÑOR habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua. Dijo el Dios de Israel, me habló la Roca de Israel: "El que con justicia gobierna sobre los hombres, que en el temor de Dios gobierna..." (2 Samuel 23:1-3)
El Espíritu de Dios también puede "llevar" o dirigir a los humanos a ciertos lugares (1 Reyes 18:12). La gente pensaba que el Espíritu del Señor era capaz de levantar lo físico y echarlo hacia otros lugares (2 Reyes 2:16() El Espíritu de Dios podía hablarle a algunos y puede decidir no hablarle a otros (1 Reyes 22:24). Pero el Espíritu Santo hace que los hombres reconozcan a los verdaderos siervos de Dios y proclamen paz a ellos (1 Crónicas 12:18).

La profecía proveniente del Espíritu Santo era justa, y reconocía que el pueblo cosecharía lo que sembró:
"Y el Espíritu de Dios vino sobre Azarías, hijo de Oded, y salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: el SEÑOR estará con vosotros mientras vosotros estéis con El. Y si le buscáis, se dejará encontrar por vosotros; pero si le abandonáis, os abandonará. Y por muchos días Israel estuvo sin el Dios verdadero, y sin sacerdote que enseñara, y sin ley. Pero en su angustia se volvieron al SEÑOR, Dios de Israel, y le buscaron, y El se dejó encontrar por ellos. Y en aquellos tiempos no había paz para el que salía ni para el que entraba, sino muchas tribulaciones sobre todos los habitantes de las tierras. Y era destruida nación por nación, y ciudad por ciudad, porque Dios los afligió con toda clase de adversidades. Mas vosotros, esforzaos y no desmayéis, porque hay recompensa por vuestra obra" (2 Crónicas 15:1-7). 
También se reconoce que hay espíritus malos que no son de Dios, pero pueden ser permitidos por él. Estos espíritus malos se llevan el gozo del corazón (1 Samuel 16), ponen mentira en la boca de falsos profetas (1 Reyes 22:23).   

Por otra parte, en el segundo libro de Crónicas se muestra que cuando el pueblo se humilla y clama a Dios en unanimidad, arrepentimiento, humildad y en verdad, el Espíritu del SEÑOR puede responder enseguida, dando palabra y afirmando sus promesas:
"Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa del SEÑOR, delante del atrio nuevo, y dijo: 
'Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte. ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste para siempre a la descendencia de tu amigo Abraham? Y han habitado en ella, y allí te han edificado un santuario a tu nombre, diciendo: 'Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás. Y ahora, he aquí, los hijos de Amón y de Moab y del monte Seir, a quienes no permitiste que Israel invadiera cuando salió de la tierra de Egipto (por lo cual se apartaron de ellos y no los destruyeron), mira cómo nos pagan, viniendo a echarnos de tu posesión, la que nos diste en heredad. Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti'. 
Y todo Judá estaba de pie delante del SEÑOR, con sus niños, sus mujeres y sus hijos. Entonces el Espíritu del SEÑOR vino en medio de la asamblea sobre Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, y dijo: 
'Prestad atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así os dice el SEÑOR: 'No temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra, sino de Dios. 'Descended mañana contra ellos. He aquí ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis en el extremo del valle, frente al desierto de Jeruel. 'No necesitáis pelear en esta batalla; apostaos y estad quietos, y ved la salvación del SEÑOR con vosotros, oh Judá y Jerusalén. No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos porque el SEÑOR está con vosotros.' 
Y Josafat se inclinó rostro en tierra, y todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron delante del SEÑOR, adorando al SEÑOR. Y se levantaron los levitas, de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar al SEÑOR, Dios de Israel, en voz muy alta(2 Crónicas 20:1-19)

La profecía del Espíritu de Dios exhorta a buscar a Dios y a ser obedientes a los mandatos de Dios:
"Pero después de la muerte de Joiada vinieron los oficiales de Judá y se inclinaron ante el rey, y el rey los escuchó.  Y abandonaron la casa del SEÑOR, el Dios de sus padres, y sirvieron a las Aseras y a los ídolos; entonces vino la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén a causa de esta culpa suya. No obstante, Él les envió profetas para hacerlos volver al SEÑOR; y aunque éstos dieron testimonio contra ellos, ellos no escucharon. Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joiada; y él se puso en pie, en un lugar más alto que el pueblo, y les dijo: 'Así ha dicho Dios: '¿Por qué quebrantáis los mandamientos del SEÑOR y no prosperáis? Por haber abandonado al SEÑOR, El también os ha abandonado'. Mas ellos conspiraron contra él, y por orden del rey lo mataron a pedradas en el atrio de la casa del SEÑOR" (2 Crónicas 24:17-21).
La profecía del SEÑOR exhorta a su pueblo a edificar para su honra:
"Y en el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y éste envió a proclamar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de Persia: 'El SEÑOR, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha designado para que yo le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien de entre vosotros sea de su pueblo, el SEÑOR su Dios sea con él, y subaQue suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa del SEÑOR, Dios de Israel; El es el Dios que está en Jerusalén. 'Y a todo sobreviviente, en cualquier lugar que habite, que los hombres de aquel lugar lo ayuden con plata y oro, con bienes y ganado, junto con una ofrenda voluntaria para la casa de Dios que está en Jerusalén. Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y todos aquellos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén" (2 Crónicas 36:22-23; Esdras 1:1-5).
David, en los Salmos, reconoce sus propios errores y ruega a Dios "No me eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu. Restitúyeme el gozo de tu salvación y sostenme con un espíritu de poder" (Salmos 51:11-12). 

En el 1er y 2do Libro de Reyes también se leen las maravillas, profecías y milagros extraordinarios que el Espíritu Santo hizo en dos profetas legendarios: Elías y Elisha.

El Espíritu Santo también se concibe como Creador (Job 33:4; Sal. 104:30). Los hombres pueden ser rebeldes contra el Espíritu de Dios (Sal.106:33), pero no se puede escapar del Espíritu de Dios (Sal. 139:7). El Espíritu de Dios también trae juicio (Isaías 34:15). Nadie guía al Espíritu  de Dios porque Él es el guía (Isaías 40:13). 

El Espíritu de Dios nos guía a tierra firme y nos enseña a hacer la voluntad de Dios (Sal-.143:10). Dios prometió que Él derramaría Su Espíritu sobre aquellos que se vuelven a Él, haciéndoles conocer Sus palabras (Prov. 1:23). Desde lo alto se derramaría (Isaías 32:15). Torrentes se derramarían sobre tierra sedienta, Su Espíritu sobre la posteridad del pueblo de Dios (Isaías 44:3). El Espíritu sobre de ellos sería puesto en sus bocas, y las palabras del Señor estarían en su descendencia desde ahora y para siempre (Isaías 59:21). 

El profeta Isaías lo adelantó: El Espíritu del Señor reposaría sobre el pueblo de Dios, como un espíritu de sabiduría, inteligencia, consejo, poder, conocimiento, y temor de Dios (Isaías 11:2).  
El enviado de Dios tendría al Espíritu sobre Él y traería justicia a las naciones (Isaías 42:1). El Espíritu envía al profeta (Isaías 43:16). El Espíritu estaría sobre de Él, para llevar buenas nuevas a los afligidos, vendar a los quebrantados de corazón,proclamar libertad a los cautivos y liberar a los prisioneros, para dar aceite de alegría en vez de luto, para dar manto de alabanza en vez de espíritu abatido, para ser llamados robles de justicia, plantío del SEÑOR, para que Él sea glorificado (Isaías 61:1-3).
Los rebeldes contristan el Espíritu y cuando lo hacen, se constituyen enemigos de Dios y Dios pelea contra ellos (Isaías 63:10).

En los días antiguos, de Moisés, Dios puso su Santo Espíritu en medio de su rebaño (Isaías 63:11). Como a ganado, el Espíritu del Señor da descanso a su pueblo, lo guía para hacerse nombre glorioso (Isaías 63:14). 

El Espíritu de Dios llamó a Ezequiel y le levantó para que se le revelaran las profecías (Ez. 2:2; 3:12; 3:14; 3:24; 11:1; 43:5). El Espíritu entró en él y habló con él (Ex. 3:24). En visiones lo llevó (Ez. 8:3; 11:24). Cayó sobre él (Ez. 11:5), lo sacó (Ez. 37:1); le dijo que declarara esto:
"Por tanto, di a la casa de Israel: Así dice el Señor DIOS: No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR' --declara el Señor DIOS-- cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. 24 'Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. 25 'Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 'Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 'Pondré dentro de vosotros mi Espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas. 28 `Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios. 29 `Os libraré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre vosotros. 30 `Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no recibáis más el oprobio del hambre entre las naciones. 31 `Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no eran buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. 32 'No hago esto por vosotros'--declara el Señor DIOS-- 'sabedlo bien. Avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, casa de Israel.' (Ezequiel 36:22-32)   
"Así dice el SEÑOR Dios a estos huesos: 'He aquí, haré entrar en vosotros espíritu y viviréis. Y pondré tendones sbre vosotros, os cubriré de piel, y pondré espíritu en vosotros y viviréis, y sabréis que yo soy el SEÑOR" (Ezequiel 37:5-6).   
"Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí, había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos. 9 Entonces El me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: ``Así dice el Señor DIOS: `Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.' 10 Y profeticé como El me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército. 11 Entonces El me dijo: Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel; he aquí, ellos dicen: ``Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos. 12 Por tanto, profetiza, y diles: ``Así dice el Señor DIOS: `He aquí, abriré vuestros sepulcros y os haré subir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. 13 `Y sabréis que yo soy el SEÑOR, cuando abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, pueblo mío. 14 `Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os pondré en vuestra tierra. Entonces sabréis que yo, el SEÑOR, he hablado y lo he hecho'--declara el SEÑOR(Ezequiel 37:7-14).  
"Por tanto, así dice el Señor DIOS: Ahora restauraré el bienestar de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso de mi santo nombre. Y ellos olvidarán su ignominia y todas las infidelidades que cometieron contra mí, cuando habiten seguros en su tierra sin que nadie los atemorice. Cuando yo los traiga de entre los pueblos y los reúna de las tierras de sus enemigos, seré santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios, porque los hice ir al cautiverio entre las naciones, y después los reuní de nuevo en su propia tierra, sin dejar allí a ninguno de ellos. No les ocultaré más mi rostro, porque habré derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel--declara el Señor DIOS" (Ezequiel 39:25-29).
Es claro que el verdadero Espíritu de Dios nos hace andar en los estatutos y ordenanzas de Dios (Ez. 36:27). 

Los espíritus contrarios a Dios son llamados por el profeta Oseas espíritus de prostitución (Os. 4:12; 5:4); y se refieren a aquellos que causan que los hombres se descarríen y se aparten de su Dios y no lo conozcan.

El profeta Joel recibió de Dios la profecía del derramamiento del Espíritu, que vendría cuando los hijos de Dios tendrían seguridad de alimento y alabarían a Dios:
"Hijos de Sion, regocijaos y alegraos en el SEÑOR vuestro Dios; porque El os ha dado la lluvia temprana para vuestra vindicación, y ha hecho descender para vosotros la lluvia, la lluvia temprana y la tardía como en el principio. Y las eras se llenarán de grano, y las tinajas rebosarán de mosto y de aceite virgen. Entonces os compensaré por los años que ha comido la langosta, el pulgón, el saltón y la oruga, mi gran ejército, que envié contra vosotros. Tendréis mucho que comer y os saciaréis, y alabaréis el nombre del SEÑOR vuestro Dios, que ha obrado maravillosamente con vosotros; y nunca jamás será avergonzado mi pueblo. Y sabréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy el SEÑOR vuestro Dios y no hay otro; nunca jamás será avergonzado mi pueblo.Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. Y aun sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en esos días" (Joel 23-29). 
No es propio decir que el Espíritu del Señor es impaciente, como hacían los antiguos (Miqueas 2:7). Aquél que está lleno del poder, del Espíritu del SEÑOR, y de juicio y de valor, da a conocer a Jacob su rebelión y a Israel sus pecados (Miqueas 3:8). El SEÑOR envió palabras por su Espíritu por medio de los profetas, pero los hombres endurecieron sus corazones como el diamante, y el SEÑOR de los ejércitos se airó (Zacarías 7:12). 

Llegará un día en que todos los idólatras serán eliminados, todos los profetas serán quitados de la tierra, y todos los espíritus inmundos también raídos (Zacarías 13:2).

Mientras tanto, en que el Espíritu de Dios permanece en medio de su pueblo, no hay que tener miedo (Hageo 2:5). Las cosas se cumplen, "no por poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu --dice el Señor de los ejércitos" (Zacarías 4:6). Sobre los hijos, el SEÑOR prometió:
"Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por Él, como quien se lamenta por un hijo único, y llorarán por El, como se llora por un primogénito...  Y se lamentará la tierra, cada familia por su lado: la familia de la casa de David por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Natán por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de la casa de Leví por su lado, y sus mujeres por su lado; la familia de los simeítas por su lado, y sus mujeres por su lado; todas las demás familias, cada familia por su lado, y sus mujeres por su lado.  Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza" (Zacarías 12:10-14; 13:1).

No hay comentarios:

Publicar un comentario